Marchita y blanca oscuridad,
temes de mi, sol de potestad.
Las saetas te quemaran, en
su sombra, tu cuerpo arderá.
De la luz huirás, muriendo
en tu escapar.
Mis sueños te borraran,
con su fuerza tu ser morirá.
Y la esperanza en el resplandor
de un amanecer volverá.
Mas la infinita soledad,
se desvanecerá, con el
abrigo de tu eternidad..
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