. Espinas Marchitas: 2012

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Domicilio de las firmas.

En el eco de la noche,
se declamaba a través del viento,
la desgarrada y  triste historia,
de un titilar ausente de melancolías.

En ese cielo azabache,
como el polen,
nos unificamos,
y nos abandonamos,
como las flores.

Huimos,
avergonzados de nosotros,
a las pálidas costuras de la penumbra.

Nos vestimos de lejanía,
y el rubor del crepúsculo nos acarició,
como a un sueño el soñador.

Desnudos de aquel instinto,
cada vez más vacíos,
como ilusos sin tal,
como campanas que danzan,
nos asimos a la vaguedad.

Y allá, casi cercanos otra vez,
conocimos la verdad,
el lugar en donde nacimos,
y el lugar a donde volveríamos.

Nuestro hogar; La soledad.

Yñiguez Leandro,  28/11/2012

jueves, 8 de noviembre de 2012

Versos de poesía rota.


Corta e insensata,  la poesía rota
se escribe con tintas del alba.

Amarilla color oro, 
llega en la lumbre, 
el destello que le motiva, 
a la poesía bella, 
el color,
la linea y la música.

Que con las  manos de la muchacha se imprime lentamente, 
sobre un papiro de seda .

Cantándole al silencio,
 al remedio de
la naturaleza,
al aire que sofoca al muerto,
y lo revive de vez en vez.

Llamando  al pájaro,
convirtiéndolo en  rima,
 figura inconclusa, 
del sentimiento del alma de  una mujer bien amada.

Llora en ultimo punto,por que el final
es triste, y ríe en el comienzo,por una
nueva idea... que sin trama, llega
a su inconmemorable e inesperado
suspenso.

Su idea es clara, 
como el sol que se atisba en la mañana,
pero, en su corazón,es niebla que empaña a el alma.

 Leandro yñiguez, sábado 18 de junio de 2011 

martes, 6 de noviembre de 2012

Paramos

¿Dónde estás, canción del medio día y anhelo del sol?

Ciñendo la noche,
oculta en las penumbras,
seguro allí te encuentras,
escribiendo tu ultimo adiós.

Se acerca el llanto desparramando lagrimas,
lentamente caen sobre tu carta, reflejando abrumados  silencios.

Se borran tus letras y melodías.

Y como cuando cae el rocío, rendido por el cansancio,
sobre una flor, se enciende el recuerdo de la mañana,
atrayendo sentimientos que aclaran  a mis palabras,
dejando solo a mi corazón, diciendo, te quiero.

Leandro Yñiguez - 18/10/2010 

viernes, 5 de octubre de 2012

Ira.


¿Sabes qué es la ira?

La ira es lo que siento,
cuando mis ojos se fijan en los tuyos,
y mi mente desea profanar tus labios en un beso,
hacerte prisionera entre mis brazos,
castigarte con caricias.

Cuando te evoco en un suspiro y
mi corazón late con el brío 
de raudos corceles,
buscándote,
aún lejana.

Y en la misma lejanía,
que hoy es mi alma,
hallarte escondida entre sueños,
que aún no puedo alcanzar.

¿Sabes qué es la ira?

La ira es: 
sentir que desde siempre te he amado,
y no hay tan solo un verso, en el cual,
haya podido expresarlo.
Leandro Yñiguez - Viernes 05, octubre 2012


viernes, 21 de septiembre de 2012

Ni escrito, ni entendido.


Sé, que cuando un cuento de mis labios
toca tus oídos, tus pies,van en otro sentido.

Subes montañas si te hablo de planicies,
atraviesas ríos cuando el ahogo yace en la arena,
y en las mismas te entierras,
si  tomo tu mano y juntos nos volamos.
Es entonces cuando quisiera, 
que mis ojos no te hablen con titubeos,
ni que de mi boca entiendas aquello que
se mese en su silencio. Porque, si te quiero, 
quiero que me quieras, y si te digo, que nos vayamos, 
nos hundámos juntos en el naufragio, y, 
cuando en el nos perdamos, volvamos a encontrarnos,
ya sea en el ocaso, o en nuestros brazos,
pero siempre,
siempre bien amados.

Leandro Yñiguez -  Viernes 21/09/12

martes, 31 de julio de 2012

Cosa más triste.


No hay cosa más triste que el viento que te desdibuja la sonrisa,
y te deja solo la imagen de los labios en una pantomima,
un escenario, 
una simple carcajada melancólica y sin expresión,
llena del sabor a mar que escurre por tus mejillas
y cae sobre tu pecho, 
diciendo adiós cómo un latido.

No hay cosa más triste que,
un recuerdo aferrado a una ilusión, hecha escombros.

No hay cosa más triste que,
soñar despierto una realidad y, no vivirla.

No hubo cosa más triste que,
decirte adiós y haberme quedado de pie,
observando el rostro desvanecido de tu cuerpo,
 cuando TÚ te ibas.

  1. Leandro Yñiguez, autor de obras escritas inéditas.  31/7/2012


jueves, 14 de junio de 2012

La dicha de la lluvia.

Tal vez hoy,
sea el día en que tus calidas manos
sequen de mis  lánguidas mejillas,
éstas lagrimas que me separan del sosiego.

Y tu cuerpo trémulo  caiga sobre
mi, como el solaz, que otrora, 
el amanecer me hubiese dado,
 en éstas horas de desánimo.

Cuando la miseria me cubra,
quisiera sentir la fortaleza
que tus tibios labios amparan
y, que, en tu silencio, me 
embargues los errores y me
otorgues lo necesario 
para asir los sueños 
a sus cimientos.

Tal vez hoy, las altas nubes
se deshilachen en una caricia 
y me deshagan como humano
para volverme más sincero.

O, tal vez hoy,
sople el viento y relegue mi consuelo.
.
Leandro Yñiguez, Autor de obras inéditas registradas – 14/06/12  

lunes, 4 de junio de 2012

Mínimo


Hasta las cenizas me consumiste con tu suspiro.

Tus palabras quitaron las llamas que en mi  
ondeaban como un corazón.

Me volviste invierno cuando tu cuerpo se  irguió 
en verano, y en las noches eternas me abandonaste,
haciéndote la única claridad en las penumbras.

Me embebiste en caricias, me inundaste en sonrisas,
me quitaste el sosiego, me arrebataste los sentimientos.
cerraste mis ojos,  besaste mi frente y me dijiste hasta
pronto.

¡Oh, cuantas veces me hiciste antónimo!

Me volviste solo yo,
solo un hombre,
solo carne.

Leandro Yñiguez, Autor de obras inéditas registradas – 04/06/12 

lunes, 28 de mayo de 2012

Los vuelos y sus dificultades.


Hace tiempo quiero remontar un vuelo, 
como el de aquellas aves que por las mañanas me sorprenden
distraído aún en el lecho.

Siempre compro sus alas con ilusiones, 
pero jamás las tomo como hechos.

Siento temor como un poyuelo,
aún amparado en las alturas de
su nido, con temor al vacío, prueba
máxima de que el vuelo se encuentra
suspendido por la mente que 
nos apresa como cortinas de niebla
y nos libera como el amanecer cuando 
nos abraza y nos acuna contra su pecho,
con sus alas de ave madre,
reina del calor.

Como un iluso me aferro al pensamiento
de que la montaña se doblará y me llevará 
con sus manos al suelo y me liberará en aquél destino
que el corazón tanto anhela.

Pero es hora de despertar y liberar
las cienes de las manos,
¡oh encarecidas manos!
y saltar al vacío y volar
hasta lo más alto 
del potencial 
que un sueño
embarga.

Leandro Adrian Yñiguez autor de textos inéditos registrados28/05/12

viernes, 11 de mayo de 2012

Es tan fácil.



Cuando vamos a entender:
que la paz no es, la marca
de un golpe que nos lástima, 
cuando erramos en algún 
instante de nuestra vida.

Que la paz, no es dejar libres a los
humanos, porque tales somos
como animales, que sin un guía,
vamos todos a perdernos en un 
acantilado.

Acantilado llamado caos, guerra
e infortunio de almas.

Siempre necesitamos, las palabras
fuertes, pero no de las que hieren,
sino, de las que enseñan. De las que
nos enseñan a hacernos fuertes, 
tomando la mano de quien tenemos
a nuestro lado, y oír atentamente lo
que nos dicen, cuando quieren aconsejarnos.

Cuando vamos a entender, que 
la paz se hace tan fácil, como decirle
basta, a ésas mismas cosas que la 
desahucian.
Leandro Yñiguez 9/5/2012

miércoles, 25 de abril de 2012

Si soy y temo.

Si soy una estatua cegada por el resplandor
de la eterna luz del sol, y nada hallo en el
horizonte,si soy frágil como un corazón enfermo
bajo la oscuridad que le adviene al día,si le temo
al silencio y a la soledad que me embargan en los
momentos de melancolía,si me enfrento a una legión
con manos heridas y cansadas,si me vence el miedo
y caigo al pesimismo malo;Levantaré las manos para
que alguien oiga el dolor, la soledad, el hambre,
el descontento o la rabia. Levantaré
las manos para que alguien oiga
y me ayude a levantar el vuelo
perdido tras la soledad y el tiempo.

sábado, 21 de abril de 2012

Remitente

En ésta noche de lunas y
deseos, mi pluma, sangra
versos.

Versos que se echan al papel,
como se echan sobre la cama
a soñar aquellos que olvidaron
deseos.

Deseos que se extraviaron
lejos, como las cartas que
circundan el mundo, con
algún triste, te quiero.

Te quieros, escritos en
tinta de sueños, sobre papeles
de pensamientos, sellados
con lágrimas de sonrisas,
con posdatas de: con cariño
sincero.

Solo versos que el sol de
de la noche otorga a mi
ala herida en ésta alta cornisa.
Que solo otorga  a mi
poeta  y tinta.



martes, 17 de abril de 2012

Alas negras



En las alas negras de aquel cuervo de poe,
nacieron pesadillas y sueños
que atosigaron mi mente por tiempos
que nadie supo describir.

Deliré con las palabras,
que luchaban por salir.

Enloquecí, con el sueño infinito
de aquel batir de plumas.


¡En aquellas alas de libertad al pensamiento!
¡En esas, nacieron mis ideales!

Mis mentores, 
mis temores.
mis guías astrales.

Nació mi yo.
Nació mi paz.
Nació la verdad.

¡Y revivió un “nunca más”!
Agradecimientos a F.S (cadáver exquisito  ) 
F.S y Leandro yñiguez , 16/4/2012

lunes, 2 de abril de 2012

Lienzo

Se amarró el mar y el horizonte en el ocaso,
y tu piel, fue mi lienzo para pintarlos.

Tus ojos son ahí los faros, que a mi mano
sobre el papel guiaron.

Con trazos cortos y largos,
luna y sol, en tu cuerpo se encontraron.

Junto a tus labios volaron, las extrañas
aves de aquel paisaje.

Y sobre tus pechos se posó el reflejo
de las altas nubes.

Y en el fin de tu cuerpo, tu alma, fui
la firma.

sábado, 17 de marzo de 2012

Mar abierto.


Hondos y solitarios mares,
en completa deriva, navegué,
sin faros guías, ni estrellas,
brújulas de la  noche.

Faltó compañía, que en los remos
ayudara, para no caer en el naufragio,
de ir en círculos y perderse, en los
desiertos calidos y helados, en los
que la penumbra  sumerge.

Faltaste tu, allí en mi vida,
mujer que desprendes el
alba en el amanecer y creas
el ocaso en tus manos, capitana
y guía, cruz del norte, allí en lo alto.

miércoles, 7 de marzo de 2012

La cuna en tus ojos.


La cuna en tus ojos.

En tus profundos ojos se ahondan viejos paisajes,
tan viejos como los años que no aparentas.

En aquellos lugares duermo,
cuando la noche llega y me arroja al sueño.

En el sopor que infunde la utopía,
mi mente se cree presa de interminables laberintos.

Donde la única puerta 
es tu rostro e inmejorablemente
son tus labios el cerrojo que la antecede.


La puerta de tez cobriza relata en su faz;
“Ojos para mirar, labios para besar”

Y así, haciendo danzar los pestillos,
que me embriagan de las caricias,
mirando fijamente el mar de tus pupilas,
susurro suavemente “buenos días, corazón”

                                   Leandro Yñiguez, Martes 6/3/2012

martes, 14 de febrero de 2012

Mentiroso


Fui el mayor mentiroso aquella noche,
mientras te arropaba en aquel desconocido
sillón.

Cometí el peor error al mirarte a los
ojos, en aquella vaga penumbra que
descendía desde más allá de lo que
pudiéramos ver.

Fui un poeta de sátiras e ironías,
mientras mis brazos se encontraban
por detrás de tu espalda.

Era un farsante sin mascara, un
actor de mala fama.

Parecí un cantor al cual se le
quiebra la voz al recitar un falso
“Te quiero” y es porque talvez tengo
para decirte desde hace un largo tiempo
un Breve “Realmente, te amo”.

domingo, 12 de febrero de 2012

Presuroso


Escapé  de la noche donde reinaba el silencio,
Presuroso del encuentro que tiñese tu rostro
En una aparición sublime, en el ocaso de
La lejanía, te añoré  con mis brazos al
Vuelo.

Talvez, una breve y pálida sonrisa envolvía
Mi rostro, en aquella tarde en la cual callaron
Las aves, para abrir paso a tus cantares.

Salí al encuentro de tus ojos,
En medio del otoño, en aquel otoño en el que tus
Pupilas brillaran  más allá de todo lo que un mar
Podría haber reflejado jamás.

Debía correr hacía aquella lejanía tuya,
Hacía aquella distancia mantenida por el
Tiempo, donde la soledad fue compañía
Y desierto.

Pero me detuvo en un gélido témpano,
Congelando el momento en mi retina,
Aquella imagen, tu figura, envuelta
en el sol crepuscular que daba el
margen a una nueva noche.

Llegabas a mi lado, mientras mi silueta danzaba
Alrededor de mi inerte cuerpo, como  estatua, obstante
El sol daba sus últimos pasos hacía el ocaso.

Y al sentir el tacto de mi presencia a tu lado,
Esgrimiste un suspiro que hendió mi cuerpo,
Desde el alma , hasta los más profundo 
Sueños que, alguna vez me oíste decir, desconcertando
Mi mente de cualquier razón, logrando hacerme
Caer en tus brazos, que me embebieron en un
Abrazo y duró en mi memoria hasta que la luz
Cerró el telón, y un beso cantó entre nuestros
Labios, callándonos, hasta el próximo amanecer
De nuestro amor. 

martes, 24 de enero de 2012

Te vas de aquí

Entre los gironés de sábanas,
por las noches voy olvidando
lo que fuiste para mí.

Olvido el momento en que tus parpados se marchitaron y volaron lejos,
para dejar al desnudo tus ojos de amanecer salvaje.

Aquellos ojos de pupilas almendradas que,
como un sol,
sobre la franja del mar,
me despiertan,
lleno de la luz,
de tu fragancia.

Te llevas los recuerdos que,
con apremio,
el alma de la que soy dueño,
ha guardado  bajo llaves,
en lo recóndito de mi mente.

Ya lejana en paramos perdidos te me haces,
en la noche que fraguan mis tormentos y lagrimas,
bajo el sentimiento brío de melancolía,
mis suspiros incesantes suenan en el paisaje,
como el bufido de un alma herida,
sin remedio, hasta el día en el que muera o hasta que el alba
despunte y  la despierte del sueño,
en el que se sumergen quienes duermen.
                                                                               Por Leandro Yñiguez  24/1/2012

lunes, 16 de enero de 2012

Parte de mi

Acércate a oír mi voz, cuando callo,
acércate a oír mi silencio, y escucharas,
lo  que nunca he pronunciado...

Oirás al tiempo, vibrando en cada pálpito de mi corazón,
a veces lento, y en otros tiempos, acelerado.

Siente a mi alma, recitar, los poemas que, mis ojos, han escrito,
y jamás pronunciado.

Acércate a mi, y siente, la caricia de mis manos,
en tu rostro, intentando describir, el calor que sienten las rosas en
el amanecer.

Siente como mis lágrimas queman en mis ojos, siéntelas
ahora, en tus manos, al lavarlas.

Así como siento, la felicidad brotar de mis pupilas
y caer en tu cuerpo.

Siente mi sonrisa y esboza una en tus
labios, atrae con ella,  a aquel paisaje, bello
y lejano ,hacía nosotros. esta noche,
para danzar, entre sus parpados.

Leandro Yñiguez, escrito el lunes 16/1/12