Se le recuerda a usted
que está frente al espejo
que no todo está perdido
porque el tiempo
si bien es fugitivo
nunca va más lejos que de
nuestro lado
así que quédese
tranquilo
porque la sangre aún es
roja
y las lágrimas aún
tiritan
inundadas de sed.
Sí sus labios se
marchitaron
pregúntele al ocaso
¿Qué es mas viejo?
Sabrá responder;
No la luna, ni el sol,
ni el tiempo ni esta voz,
sinó el esfuerzo
que después de tantos
años
tal vez con un bastón
sigue su camino sin ton ni
son
y a la vera de algún río
allá va ese señor,
construyendo el mundo de
su rededor.
Así que quédese con la
tranquilidad
de que en algún mar usted
los verá
converger a aquellos que
como usted
están delante de un
espejo preguntándose
cómo eran ayer.