Cuando vamos a entender:
que la paz no es, la marca
de un golpe que nos lástima,
cuando erramos en algún
instante de nuestra vida.
Que la paz, no es dejar libres a los
humanos, porque tales somos
como animales, que sin un guía,
vamos todos a perdernos en un
acantilado.
Acantilado llamado caos, guerra
e infortunio de almas.
Siempre necesitamos, las palabras
fuertes, pero no de las que hieren,
sino, de las que enseñan. De las que
nos enseñan a hacernos fuertes,
tomando la mano de quien tenemos
a nuestro lado, y oír atentamente lo
que nos dicen, cuando quieren aconsejarnos.
Cuando vamos a entender, que
la paz se hace tan fácil, como decirle
basta, a ésas mismas cosas que la
desahucian.
Leandro Yñiguez 9/5/2012