Necesito morir por un momento entre las sabanas,
y perderme en el conocimiento etéreo
que vaga tristemente entre mi cabeza y la almohada.
Sentir el sueño que por un breve lapso
me reaviva de las cenizas mudas,
restos de mi herida alma.
Liberarme de este bruto desasosiego,
que impune, atrapa a mi corazón,cual
si fuese una polilla y la mata.
Vivir la libidionsa libertad que,ahora presa, se
absuelve de la prisión absoluta de esta realidad
y vive en la ilusión,de ya no querer más, volver
a esta infame sustantividad.
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