Cae el petalo de una flor herida,
entre mis mejillas desechas,ensangrentadas
de tanto llorar,dices con calma, deja de
lagrimear,esta rosa es tuya y de nadie más...
Fijo en sus ojos, diviso al mirar, sus pupilas
marchitas,y sus pesteñas que se van cerrado
de un momento a otro, como si quisiera remarcar
el paso del tiempo,cual si fuese un reloj en
medio del mar.
Mientras el arbol tiembla ,siento su suave
caricia fluir sobre mi rostro... y las palabras
que tan dulcemente silenciosas juegan entre
sus labios diciendo, CALMATE sin emitir sonido
alguno,reconfortando a el alma herida que,
habia de llevar.
Oyendo a la vez, el viento eterno,diciendo en un susurro
sempiterno,te amare aunque la brisa del
clavel muera en el desierto de la soledad
absoluta.
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